¿Para qué sirve la quiropráctica? 

Y llegó el momento de la gran pregunta, ¿quiro…qué?. 

Voy a rebobinar un poco para recordar cuando comencé a estudiar la carrera. 

La pregunta más común a esa edad: «y tú, ¿qué vas a estudiar?»…»yo voy a estudiar quiropráctica». 

¿Las respuestas?: «Pues yo me ofrezco para que practiques conmigo, con lo bien que me vendría un masaje»… o la otra, también muy común, «¿quiro…qué?». 

Q-U-I-R-O-P-R-Á-C-T-I-C-A

Según la OMS, la Quiropráctica es la profesión sanitaria que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de los trastornos del sistema neuromusculoesquelético, y de los efectos de éstos en la salud general. Se basa en técnicas manuales, incluyendo ajustes articulares, centrándose principalmente en las subluxaciones.

La quiropráctica es la tercera profesión sanitaria de atención primaria del mundo (la segunda en Estados Unidos) en cuanto a número de pacientes, después de la medicina y la odontología, pero aún así, todavía sigue siendo una gran desconocida para muchos. 

Hoy te quiero explicar lo que es para mí la quiropráctica de una forma más sencilla y gráfica, para que, así, puedas entender con mayor claridad lo que los quiroprácticos podemos hacer por ti: somos los encargados de corregir las subluxaciones vertebrales de tu columna, para que el cuerpo, libre de esas interferencias, pueda funcionar a su máximo potencial. 

Y ahora te estarás preguntando, ¿y qué es una subluxación?.

Pongamos un ejemplo práctico. Imagina que estás en tu casa y pones a funcionar todos los electrodomésticos a la vez; si la potencia de tu sistema eléctrico no puede soportarlo, a modo de protección, el diferencial saltará, y, consecuentemente, la electricidad de nuestra casa dejará de funcionar. 

Tu sistema nervioso es el «sistema eléctrico» que controla todas y cada una de las células de tu cuerpo, y la columna vertebral es “un tubo de hueso articulado” (formado por las vértebras) que envuelve y protege gran parte de ese sistema. 

Igual que en el ejemplo anterior, ante los diferentes tipos de estrés a los que nos vemos sometidos en nuestro día a día (en otra entrada del blog hablaremos de ello), la columna vertebral se subluxa para proteger al sistema nervioso. Es una incapacidad de adaptarse de manera correcta al estrés. 

Subluxarse supone que las vértebras dejan de funcionar de manera óptima y esto, consecuentemente, implica que el cuerpo en su totalidad deja también de funcionar correctamente, produciéndose a la larga diferentes problemas, la mayoría de ellos sin que ni siquiera seamos conscientes, hasta que un día aparece un síntoma que enciende tu alarma.

Igual que en el ejemplo de la casa, si queremos que la electricidad vuelva a funcionar debemos desenchufar cosas y subir el «automático”, con el cuerpo pasa exactamente lo mismo. 

Como bien dijo Einstein: «Si quieres resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo».

Desenchufar cosas en nuestro cuerpo significa claramente mejorar y cambiar los hábitos que nos han llevado a un mal funcionamiento de éste. Por otro lado, «subir el automático» implica corregir las subluxaciones mediante la única forma posible de hacerlo: el ajuste vertebral; y ésa es la función del quiropráctico, ajustar tu columna vertebral para que, libre de interferencias, pueda funcionar a su máximo potencial y … ¿quién no querría eso?.

Para mí, la quiropráctica es mucho más que una profesión, es un estilo de vida basado en vivir la salud desde dentro. ¿Y por qué desde dentro?. Porque tenemos un cuerpo que es inteligente, y muchas veces sólo es necesario dar con la «tecla» adecuada que impide que esté expresando esta inteligencia. 

Vamos a ponérselo fácil, ¿te animas a vivir una vida libre de subluxaciones?.